lunes, 22 de septiembre de 2008

El gran océano

SI de tus dones y de tus destrucciones, Océanoa mis manospudiera destinar una medida, una fruta, un fermento,escogería tu reposo distante, las líneas de tu acero,tu extensión vigilada por el aire y la noche,y la energía de tu idioma blancoque destroza y derriba sus columnasen su propia pureza demolida.


No es la última ola con su salado pesola que tritura costas y producela paz de arena que rodea el mundo:es el central volumen de la fuerza,la potencia extendida de las aguas,la inmóvil soledad llena de vidas.Tiempo, tal vez, o copa acumuladade todo movimiento, unidad puraque no selló la muerte, verde víscerade la totalidad abrasadora.


Del brazo sumergido que levanta una gotano queda sino un beso de la sal. De loscuerposdel hombre en tus orillas una húmedafraganciade flor mojada permanece. Tu energíaparece resbalar sin ser gastada,parece regresar a su reposo.


La ola que desprendes,arco de identidad, pluma estrellada,cuando se despeñó fue sólo espuma,y regresó a nacer sin consumirse.


Toda tu fuerza vuelve a ser origen. Sólo entregas despojos triturados,cáscaras que apartó tu cargamento,lo que expulsó la acción de tu abundancia,todo lo que dejó de ser racimo.
Tu estatua está extendida más allá de las olas.


Viviente y ordenada como el pecho y el mantode un solo ser y sus respiraciones,en la materia de la luz izadas,llanuras levantadas por las olas,forman la piel desnuda del planeta.Llenas tu propio ser con tu substancia.


Colmas la curvatura del silencio.


Con tu sal y tu miel tiembla la copa,la cavidad universal del agua,y nada falta en ti como en el cráterdesollado, en el vaso cerril:cumbres vacías, cicatrices, señalesque vigilan el aire mutilado.
Tus pétalos palpitan contra el mundo,tiemblan tus cereales submarinos,las suaves ovas cuelgan su amenaza,navegan y pululan las escuelas,y sólo sube al hilo de las redesel relámpago muerto de la escama,un milímetro herido en la distanciade tus totalidades cristalinas.

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