jueves, 20 de noviembre de 2008

Con Quevedo, en primavera

Todo ha florecido enestos campos, manzanos,azules titubeantes, malezas amarillas,y entre la hierba verde viven las amapolas.El cielo inextinguible, el aire nuevode cada día, el tácito fulgor,regalo de una extensa primavera.Sólo no hay primavera en mi recinto.Enfermedades, besos desquiciados,como yedras de iglesia se pegarona las ventanas negras de mi viday el sólo amor no basta, ni el salvajey extenso aroma de la primavera.
Y para ti qué son en este ahorala luz desenfrenada, el desarrollofloral de la evidencia, el canto verdede las verdes hojas, la presenciadel cielo con su copa de frescura?Primavera exterior, no me atormentes,desatando en mis brazos vino y nieve,corola y ramo roto de pesares,dame por hoy el sueño de las hojasnocturnas, la noche en que se encuentranlos muertos, los metales, las raíces,y tantas primaveras extinguidasque despiertan en cada primavera.

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