jueves, 6 de noviembre de 2008

Déjame sueltas las manos

DÉJAME sueltas las manosy el corazón, déjame libre!Deja que mis dedos corranpor los caminos de tu cuerpo.La pasión —sangre, fuego, besos—me incendia a llamaradas trémulas.Ay, tú no sabes lo que es esto!
Es la tempestad de mis sentidosdoblegando la selva sensible de mis nervios.Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!Es el incendio!Y estás aquí, mujer, como un madero intactoahora que vuela toda mi vida hecha cenizashacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros!
Déjame libre las manosy el corazón, déjame libre!Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!No es amor, es deseo que se agosta y se extingue,es precipitación de furias,acercamiento de lo imposible,pero estás tú,estás para dármelo todo,y a darme lo que tienes a la tierra viniste—como yo para contenerte,y desearte,y recibirte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario